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domingo, 28 de octubre de 2007

GOONIES


Esta foto tiene casi 20 años, es de mi viaje de egresados de 7mo grado en Sierra de la Ventana. Caminando sobre un puente donde pasaba el tren, muy a lo Stand by me o Goonies (mis películas preferidas de esa época).
En la radio pasaban a The Bangles, Cindy Lauper y Los Enanitos Verdes. Y nosotros queríamos vivir aventuras, subirnos a nuestras bicis (como los "bicivoladores").
A mi hermana y a mí, "Los Reyes", nos habían regalado unas patinetas rojas, y recorríamos el barrio provistas de nuestros Walkie Talkie, en busca de casas abandonadas y tesoros escondidos.

miércoles, 24 de octubre de 2007

MADRES


Tengo dos mamás: mi mamá, Ana y; mi hermana, once años mayor, Patri.
Mi hermana que hoy es una feliz madre de mis sobrinos (Guido y Gosti) nos cuidaba, nos llevaba al cine -nos leía las películas en inglés-, nos hizo conocer a The Police y a Génesis, nos enseñó a dividir y hasta animó nuestros megacumpleaños mientras mi mamá se ocupaba del kiosco, de la casa y de la comida calentita a la hora del almuerzo y la cena.
El domingo pasado, mi mamá recibió un llamado, que se viene sucediendo todos los años, desde hace 25 años. Era Telmo, desde Córdoba para desearle "Feliz día". En 1982 Telmo tenía tan sólo 17 años y en plena Guerra de Malvinas era uno de los miles de soldados heridos que habían quedado varados en el Hospital Municipal de Bahía Blanca. Recuerdo que mi mamá y mi hermana visitaban el hospital llevando canastas repletas de torta, mazos de cartas, revistas, cubos mágicos... y mis ojos de niña me hacían anhelar estos regalos que, ingenuamente pensaba, serían para "felices destinatarios". En el hospital no quedaban más camas libres y mi mamá ofreció nuestro hogar para hospedar a Telmo hasta que le dieran el alta y pudiera regresar a Córdoba con su familia. No recuerdo cuánto tiempo se quedó Telmo en casa. Sí recuerdo que jugábamos todos juntos a la lotería , nos reuníamos a ver tele y disfrutábamos de los suculentos platos que preparaban las hábiles manos de mi mamá.
Hoy, pensar en la monstruosidad de la Dictadura me nubla el pensamiento. Tengo un nudo en la garganta y una pasa de uva el corazón. No sólo quedaron los DESAPARECIDOS (Madres/Abuelas/Hijos) sino también EXCOMBATIENTES (Hijos/ Padres/Abuelos).
Muchas veces los padres sienten orgullo de sus hijos. Yo, siento orgullo de mi madre.

viernes, 12 de octubre de 2007

TODO Y NADA


El helado más grande del mundo. Un cucurucho que tenía una montaña de granizado y, arriba, otra montaña más alta de chocolate . Una obra de arte. Monumental. Demasiado grande. Salí orgullosa, con sonrisa de oreja a oreja rumbo a la vereda.
No sé si fue el choque de aires, el sofocón caluroso de verano, pero en segundos el helado comenzó a derretirse y deslizarse peligrosamente. Sentí terror. No alcancé a llegar al auto donde me esperaba mi familia, que el helado cayó al piso. Como si una guillotina hubiera decapitado ese hermoso óvalo de chocolate. Mi mano sostenía el cucurucho, cucurucho manco, vacío de helado.
Y no. No me compraron otro.

miércoles, 3 de octubre de 2007

CUANDO NO EXISTÍA EL SHOPPING CENTER


Lo mejor del domingo era ir a jugar a la plaza o al parque.
Yo prefería ir al Parque de Mayo, porque era mucho más grande que cualquier plaza, había hamacas que casi volaban y el tobogán más grande y temerario que un chico pudiera imaginar, había copos de azúcar -pedazos de nube-, pochoclos y cubanitos y una calesita con sortija.
Las tres últimas vueltas eran pura ansiedad: estirar la mano, dar el zarpazo y quedarse sin nada. Bronca desilusión y fracaso que duraba solo
unos segundos hasta dar la vuelta y volver a empezar.