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martes, 29 de abril de 2008

Páginas para mí

Con este libro aprendí a leer.
Y la maestra, a la marchanta, nos tomaba lectura en voz alta .Y a pesar de que no me costaba leer y de que ensayaba en mi casa , yo me moría de vergüenza si me tocaba. El corazón me latía al galope y los ojos me empezaban a llorar, y de a poquito se me empezaba a nublar la vista y las letras borrosas y la voz del que leía, lejana, como si escuchara bajo el agua y entonces, decían mi nombre, e imaginaba que tartamudeaba y todos se reían. Y Gustavo D, que leía de corrido y con sentimiento, también se reía, y a mí se me desinflaba el corazón.
Nunca me pasó. Pero cada vez que "la seño" tomaba lectura, yo imaginaba todo esto.

miércoles, 2 de abril de 2008

Super Cumpleaños



Es verdad que todo depende de la paciencia, espacio disponible, y dinero de los padres.
Cuando era chica no existían las Casitas de Fiesta, por eso no teníamos límite de horario, la fiesta terminaba cuando se hacía de noche. Como tengo una hermana melliza que iba a otro grado diferente, nuestro cumpleaños era el acontecimiento del año ya que se juntaban a jugar chicos de dos cursos distintos. Y todo doble: dos tortas, dos piñatas.
Mi hermana mayor organizaba juegos, mi mamá (experta cocinera autodidacta) convidaba a grandes y chicos con cosas ricas. La mesa con la comida y las sillas se ponían en el garage, ambientado con guirnaldas y carteles. Y nosotros jugábamos en el patio. Y todos chochos.