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domingo, 27 de diciembre de 2009

Felices Fiestas


Disfruten.
Denle vacaciones a los problemas.
Quiéranse mucho.
Que el tiempo no vuelve y es lo que hay.
Besos!!!

domingo, 6 de diciembre de 2009

MELODY

Un pez dorado en un frasco.
El primer amor de la escuela.
Un colegio inglés que castiga en alma y cuerpo.
Una camisa fresca a cuadros chiquitos.
Un parque de diversiones.
Ser libre. Escaparse a un cemeterio a hacerse la rata.

Tuve la suerte de que mi hermana nos llevara al cine a verla.
Tengo un recuerdo tan lindo de la película, que hubiera querido verla otra vez. La dieron hace poco en el Malba y me la perdí. Me enteré un día después.


jueves, 12 de noviembre de 2009

Hacela giratoria



Estás leyendo un libro que te hace acordar cuando te encantaba jugar en la puerta giratoria del banco. La emoción que sentías al entrar y emborracharte a giros -dar vueltas como la Pantera Rosa atrapada en el lavarropas, pensabas-. Un error de cálculo al salir podía cortarte por la mitad. Mentira. Pero vos pensabas eso.
Entrar y salir. Esperar el tiempo justo: para entrar, correr en giros y volver a salir. Se complicaba si
atrás venía tu hermana y empujaba más fuerte. Pero ésa era la gracia. Como cuando jugabas a saltar a la soga de a muchos y esperabas la pausa. Atenta al sonido rítmico del golpe contra el piso. Dependía de vos y de la velocidad de los otros.
¨No jueguen en la puerta giratoria¨ te retaban. En ese entonces no existía el Pago Fácil, y la espera en el banco se hacía interminable. Para los chicos, que tienen la energía del hamster, esa puerta era su rueda salvadora.
Ahora pensás cuál es el sentido de hacer giratoria una puerta si no se puede jugar con ella. Entonces, buscás en Google imágenes de puertas giratorias y no encontrás.

miércoles, 14 de octubre de 2009

Juguetes








Quienes fueron a Colonia seguro se encontraron con este lugar mágico, de objetos maravillosos...
Xilofón, tenía. Muñeca de patas largas, también. Barquitos, no. Pero siempre quise y quiero navegar uno. Tuve un auto de carreras a control remoto (medio mentiroso lo del control porque tenía un cable largo que iba unido al auto). Tren con vías, tuve. Y el bebé de Jolly Bell.

LA CARLOTA, ALMACÉN DE RAMOS GENERALES. COLONIA DE SACRAMENTO, URUGUAY.
ALGO PARECIDO PUEDEN ENCONTRAR EN CUALQUIER VERDURA EN HUMBERTO PRIMO 517. SAN TELMO.ARGENTINA.
A PARTIR DEL 4 DE OCTUBRE UNA NOSTÁLGICA MUESTRA DE FOTOS: REGRESAR DE SEBASTIÁN MIQUEL.

martes, 18 de agosto de 2009

Musiquita



Resulta que por ese entonces seguía buscando tréboles de cuatro hojas...Pensaba que me habían mentido, que los caballitos de mar no existían. Y que sacarse la sortija en la calesita era mérito propio.






viernes, 14 de agosto de 2009

Sincronizando los relojes

Esta serie de los noventa me encantaba. Con un humor nada similar a otras series de ese estilo.
Cámaras en travelling o en picado que hacían a los personajes más caricaturescos.Y esos efectos de sonido, ruiditos graciosos.
Parker, con esas camisas espantosas, su amigo rockero carilindo y su otro amigo un tanto nerd que vestía un saco largo donde guardaba de todo .
Parker Lewis can't lose


domingo, 2 de agosto de 2009

Teen love



Ayer estaba viendo Adventureland que es de esas bonitas películas donde los protagonistas son adolescentes un tanto nerd y otro poco timidón (como fuímos la mayoría, supongo) y que sufren un amor no correspondido. Transcurre en los 80 y tiene una banda sonora como para ir volando a comprarla.
Entonces fue imposible no acordarme de estas otras pelis.
Ahhhhhhhhhhhhh...

jueves, 16 de julio de 2009

Amigo invisible


A la señorita –caradelunallena admiradoradeSusanaGimenez- maestra de 4to C, se le ocurre que sus alumnos jueguen al amigo invisible. Contenta forra una caja inmensa y la pone entusiasmada en un rincón fuera del aula. En esa caja, dice, vamos a encontrar los regalos del amigo invisible. A cada uno en secreto le toca el nombre de un compañerito a quien regalar. El juego dura una semana.

La niña que piensa que tiene suerte porque cuando nació le pusieron un nombre capicúa, espera ansiosa el regalo al día siguiente. Antes de entrar al aula mira de reojo si hay alguno para ella. Pero nada. Los días pasan y la sucesión de nadas es infinita. La pobre infeliz empieza a pensar que su amigo invisible seguro no es su amigo y además no la quiere. Todos los compañeritos reciben regalos menos ella. Llega el último día y de sopetón descubre que el regalo más grande de la caja tiene su nombre. Rápidos los chicos la rodean. Todos quieren saber qué cosa es ese regalo inmenso. Empieza a romper el papel y debajo hay otro, y después otro. Es el juego del paquete –piensa-. Y los chicos se codean con malicia. Y todos se empiezan a reir .Y el piso se llena de bollos papelosos desechados. Y parece que el chiste no se termina más. Y las manitos torpes se empiezan a nerviosar. Y de pronto, finalmente, el aula estalla en una carcajada general. Es un papel higiénico rugoso y gris.

El calor le quema las mejillas y no sabe por qué pero está llena de vergüenza. Su cabecita trabaja, busca pero no encuentra. No sabe. Ella no sabe qué hacer. Ahí, diminuta, parada con el papel higiénico en la mano. La maestra la rescata y dice que se lo queda para el aula. Ésto es útil para cuando me pidan ir al baño, lo guardamos en el armario y fin del asunto.

Llega a su casa y le cuanta todo a su mamá. Ésta le dice que el papel higiénico es suyo, que mañana vaya y se lo traiga. La niña siempre fue muy obediente, y al día siguiente con toda la vergüenza del mundo se lo pide a su maestra.

Después se entera que su amigo invisible era el chico que –por intermedio de su hermana- le había preguntado si quería ser su novia.













sábado, 11 de julio de 2009

Preguntas





Éste era uno de mis libros preferidos cuando era niña. Bellísimas ilustraciones y respuestas simples a dudas infantiles.

Nunca fui demasiado existencialista. No creo (por suerte, así vivo más tranquila) haberme cuestionado esas GRANDES y profundas PREGUNTAS de la vida.
Sin embargo, cómo me hubiera gustado encontrar un libro con algunas de estas respuestas:
Cómo hago para que se enamore de mí. Por qué pienso siempre cosas horribles antes de irme a dormir. Cómo se hace para tener tobillos. Dónde dejé el control remoto. Cómo reconocer que la otra persona tiene razón. Por qué somos tan destructivos. Por qué el agua es tan rica.
Sé que muchas de estas preguntas no tienen respuestas, y de algunas quizá sean muy obvias.Pero no lo puedo evitar.


Preguntas fáciles a respuestas difíciles. Dibujos Susan Perl. Textos Susanne Kirtland. 1976. Editorial Atlántida.







domingo, 28 de junio de 2009

Escribir a mano













Estoy perdiendo mi letra de tanto no escribir.
Mi maestra de primaria, la señorita Nené, me enseñó a escribir en una cursiva redonda, amistosa y prolija. Mi letra en manuscrita, era tímida, nimia, chiquitita. Y no se sentaba en el renglón. Flotaba en el espacio en blanco. Quedaba suspendida en el aire.
En el secundario me rebelé. Comencé a mezclar IMPRENTAS y cursivas.Me adueñé de las letras. Formé mi personalidad.(Después descubriría que muchos suelen hacer lo mismo).
En la Facultad, la velocidad al escribir, al tomar apuntes, hizo que mi letra se perfeccionara. Las notas quedaban prolijas, y mi letra seguía ahí, chiquita y combinada. Siempre legible.
Ahora, todo lo escribo con la compu, dejé casi, de escribir a mano. Y cuando tengo que escribir una nota, o algo que se me ocurrió en un papel o en un cuaderno, esa letra no es mía. Ésa no soy yo. La perdí.

Es la letra de esa extraña que habita en mí.

FOTO: FRAGMENTO DE DIARIO DE 1990.


domingo, 14 de junio de 2009

El colectivo





Se acercaba con su amable redondez de carnaval.
El fileteado en la trompa y a los costados: lineas endragonadas, cintas de banderitas argentinas dibujadas.
Por dentro, arriba del tablero y supervisándolo todo, grandes espejos en panel. Tallados con nombres propios. De las novias (pensaba yo) o de las hijas. Algún banderín de fútbol. Fotos. Alguna estampita de la Virgen. Muñequitos que colgaban, o zapatitos de bebés, pendulaban, o dados gigantes que bailaban.
El volante nacarado. Lustroso. El cuello largo de la palanca de cambio enfundado en una tela-peluche fucsia o turquesa.
Por la tardecita el chofer se relajaba después de tanto cortar boletos y apagaba las luces blancas. Y ponía el casette de Scorpions o el de Roxette y ya con menos pasajeros dejaba el colectivo con luces violetas. Y yo, entonces, abría la ventanilla y el viento golpeba la cara. Y por la altura del colectivo, mirando desde arriba, uno se sentía poderoso y libre. Espectador de calles y de vidas. Y el cuerpo viajaba y los pensamintos también, veloces como rayos. Y el mirar para afuera hacía que uno mirara para dentro.


Fotos de boletos capicúas gentileza de PATRI y AGOS.

jueves, 21 de mayo de 2009

Hansel y Gretel




La mayoría de los cuentos de hadas infantiles son trágicos. Originalmente nacidos del inventario campesino en la cruda Edad Media, fueron trasmitidos de forma oral por generaciones. Con el tiempo, los hermanos Grimm, Perrault y Andersen los recopilarían y los destinarían, finalmente, al público infantil.
En Hansel y Gretel, ambos padres devorados por el hambre y la pobreza , y con un feroz instinto de supervivencia, traman un plan para dejar abandonados a sus hijos en pleno bosque a merced de los animales salvajes. En 1840 , los hermanos Grimm, reemplazan a la madre por la villana top de los cuentos de hadas: la madrastra, quién convence al pusilámine padre de realizar tremenda tareita.
Bruno Bettelheim argumenta que los cuentos clásicos ayudan a la educación y el crecimiento del niño en cuanto lo enfrenta con sus más atroces fantasías y sus más grandes temores. En este contexto fantástico el mundo se vuelve seguro. El desenlace siempre es tranquilizador. El final feliz es un tópico.
Lo que más recuerdo de este cuento, la imagen que más me impactó de chica, era esa increíble casita de chocolate. Cada vez que tenía una edición de Hansel y Gretel en mis manos, ansiosa buscaba la ilustración de esa casita de golosinas, construída de obleas y caramelos. Una real contentura.

Para seguir curioseando:
_ Tatar, María. Los cuentos de hadas clásicos anotados. Editorial Crítica. Barcelona. 2004.
_Bettelheim, Bruno. Psicoanálisis de los cuentos de hadas. Editorial Crítica. Barcelona. 1988.
_ Grimm, Jacob, Wilhelm. Hansel y Gretel. Pop-up. Libros animados. Editorial Norma. Colombia.1983. (Regalado por los tíos Susana y Rodolfo).

jueves, 14 de mayo de 2009

Dulces sueños


Volvía en subte del trabajo cansada. Cerré los ojos unos segundos, de pronto el estado de duermevela me visitó. Entré en Enducigarpa , un país donde habían nacido dos chanchitos deformes, inválidos. Tenían sus patitas ensortijadas, larguitas y enruladas como su cola. Y había que descubrir a los responsables. Quién había decidido jugar a ser Dios. En eso abrí los ojos, ví que estaba llegando a Malabia y me bajé.
Hace un par de noches soñé que me encontraba con dos gatitos bebés, trataba de alzarlos, pero fieros y asustados me mordían las manos. Uno lo hacía con tanta fuerza que toda su mandíbula y sus dientecitos filosos quedaban prendidos a mi piel como un broche. Y de pronto el gatito me miraba con sus ojitos temerosos y desafientes y me enseñaba sus encías vacías, desgarradas. Y yo miraba mi mano, donde seguían clavados sus dientes. Y me sentía culpable porque el gatito desdentado no iba a poder comer y había que encontrar un veterinario urgente que le pusiera otra vez los dientes para que se pudiera alimentar y crecer. Y me desperté angustiada. Y vuelvo a pensar en el gatito sin dientes con sus encías sangrantes y me dan unos escalofríos tremendos.

Cuando era chica tenía una pesadilla recurrente. Yo atrapada en una cadena de montaje de una máquina, en una fábrica. Ruidos metálicos y rítmicos. Chirridos y vapores. Y la máquina gigante me iba a triturar, me iba a cortar en pedacitos. Muchas veces volví a soñar con lo mismo. A veces ni siquiera alcanzaba a ver la fábrica en el sueño, la sentía. Me bastaba con escuchar esas cuchillas de acero y se me helaba la sangre, sabía que estaba dentro de la máquina.

lunes, 4 de mayo de 2009

Amor imposible


Estaba en primer año del secundario y la primera vez que lo ví fue cuando subí al colectivo. Éramos del mismo barrio y la 503 nos llevaba a ambos. De inmediato me llamó la atención por el parecido a Laurie (el mejor amigo de Jo en Mujercitas) en realidad, era la viva imagen de la ilustración de la vieja edición de Sigmar de Alcott. No era un adonis, pero a mí me parecía el chico más lindo del mundo: un poco más alto que yo, de tez bronceada, ojos marrones, pelo castaño -entre ondulado y rizado, según el día-, pestañas largas y una sonrisa que era un sol. Por el uniforme parecía que iba al Don Bosco y afortunadamente, al año siguiente -nunca sabría la razón- se pasó a mi colegio. Esto ayudó a que me lo cruzara seguido y cada día que pasaba me gustaba más. Él, ante mis ojos, se volvía cada vez más perfecto, inalcanzable. Un amor imposible.
Años después, recién llegada a Buenos Aires, esperaba el colectivo que me llevara a mi primera Feria del Libro y me lo encontré. De pronto, a pesar de que nunca nos habíamos dirigido la palabra, el venir de la misma tierra nos unió. Vos sos de Bahía, me dijo. Sí, y vos sos amigo de tal, le contesté. Y milagrosamente comenzamos a charlar. Concentrándome para no tartamudear de los nervios y luchando para domesticar mi corazón trataba de ser lo más natural posible.
Hablamos de los amigos que empezábamos a tener acá y de los que habíamos dejado allá. De los futuros feriados con escapada obligada al hogar. Que yo estudiaba Comunicación y él Derecho. En ese momento le comenté lo afortunado que era de cursar al lado de la Feria, que como estudiantes entrábamos gratis y que él podía visitarla todas las veces que deseara. Y entonces, el baldazo de agua fría. Me dijo que a él no le gustaba leer. Que no iba a ir a la Feria ni loco. Que de sólo pensar en tantos libros juntos en un mismo lugar le daba alergia.
Y entonces, la imagen quedó vacía de significado. Mejor dicho, con el significado que correspondía y no el que yo le había inventado.

martes, 28 de abril de 2009

CHICLE




En qué momento uno deja de comer los chicles rosa furioso, tutti fruti, para empezar con el del refrescante gusto a mentita...
Cuándo fue que dejé de ponerme de a muchos en la boca para hacer el globo más grande y transparente del mundo.
Parece que fue hace mil años cuando mascarlo me llenaba de seguridad, y cancherita jugaba a estirarlo lo más que podía hasta que se quebraba, y con gusto a nada, plastificado y endurecido, terminaba pegado debajo de un banco.

CHICLES:
Jirafa , suuuuper largo.
Bubbaloo, con juguito.
Bazooka, con historieta.

miércoles, 15 de abril de 2009

ADICTA A LA TELE

Todas las noches, con la complicidad de mi hermana, después de cenar acontecía el mismo ritual. El simulacro del sueño y el cansancio. Prender los calefactores de los fríos dormitorios bahienses, mamá preparaba las bolsas de agua caliente , una en cada cama. Luego, cepillarse los dientes y el beso de las buenas noches. Y las sábanas limpias y perfumadas, y el cubrecama grueso y abrigado. Entonces la cama era el paraíso.
Esperábamos en silencio hasta que mamá se durmiera, pendientes de que respirara fuerte y pesado. A oscuras y a tientas nos abrigábamos. Despacio, muy silenciosamente nos dirigíamos hasta el living, que para esa hora ya se parecía al Polo Sur y nos sentábamos en el piso, bien cerquita del televisor, con el volúmen al mínimo, para oir apenitas la novela. Siempre cuidando de no hacer ruido. Y la veíamos en vivo y en directo, a la una de la madrugada. Y memorizábamos las canciones y tratábamos de imitar el jopo de las protagonistas en nuestro peinado. Y nos gustaban los chicos de pelo largo y obvio, músicos. Y envidiábamos la belleza de las chicas,y su ropa. Sus vestidos bobos y mini-shorts. Y nosotras, con nuestro acomplejado cuerpo de adolescentes.


Alcanzar una estrella 2. Televisa. México.

Y pasaron más de 15 años y vuelvo a ser adicta. Y antes me gustaba Pablo, y ahora me encanta Jack. Y en lugar de esperar ansiosa hasta la madrugada quedo a la expectativa que alguna almita bondadosa haya subido el nuevo capítulo por internet.