Algunos, se perdieron, otros se regalaron, otros siguen guardados en la habitación de mi niñez y otros comparten estante en mi biblioteca actual con los nuevos.
Son los amigos más viejos que tengo. Me acompañaron en siestas obligadas, en vacaciones, en aventuras y aprendizajes. Me enseñaron a soñar y descubrir otros mundos.
¡Feliz Día!